La inmunología, cuyos orígenes están viculados a la microbiología, es la ciencia que se ocupa del estudio de las respuestas de defensa a estímulos exógenos o endógenos, mediante unos mecanismos que dotan al organismo de memoria y una respuesta específica a fin de su neutralización, así como de sus desviaciones patológicas”.
Observaciones antiguas de la inmunidad
El concepto de inmunidad se remonta a civilizaciones antiguas.
En en el siglo XI a.C. en China, se exponía, mediante inhalación, a un polvo obtenido de las escamas de viruela, esto causaba una forma leve de la enfermedad pero confería protección frente a posteriores infecciones.
Los antiguos griegos, por ejemplo, reconocían que las personas que sobrevivían a determinadas enfermedades infecciosas estaban protegidas de futuras infecciones. Así ,el historiador griego Tucídides (460 a.C.- hacia el 396 a.C.), narra que, en una epidemia desatada durante la guerra del Peloponeso, los supervivientes de la enfermedad eran los que se ocupaban de atender a los enfermos puesto que no contraían la enfermedad de nuevo. A este fenómeno lo denominaron “inmunidad”, derivada de la palabra latina “immunis”, que significa exento.
En el siglo XVIII, el descubrimiento de la vacuna contra la viruela por parte de Edward Jenner marcó un hito importante en la historia de la inmunología. Observó que las personas que adqurían la viruela bovina, por estar en contacto con las vacas, no adquirían la humana, mucho más grave. Al inocular a individuos con material de lesiones de viruela vacuna, Jenner demostró que se volvían inmunes a la viruela. Este avance sentó las bases para el desarrollo de vacunas modernas.
El nacimiento de la inmunología moderna
A finales del siglo XIX, Louis Pasteur y Robert Koch hicieron contribuciones innovadoras al campo de la inmunología.
Se puede atribuir a Pasteur, apoyado en el trabajo de Jenner, el primer abordaje científico de la inmunidad con los estudios en 1880 de la bacteria responsable del cólera aviar (Pasteurella aviseptica) al observar que la inoculación de cultivos viejos en gallinas las protegía de la enfermedad.
Junto al trabajo de Pasteur sobre vacunas atenuadas y la identificación de Koch de bacterias específicas como causantes de enfermedades infecciosas revolucionaron la comprensión de la inmunidad y facilitaron el camino para el desarrollo de vacunas contra enfermedades como el cólera, la tuberculosis y la difteria.
A finales del siglo XIX había dos teorías opuestas sobre las respuestas inmunes del organismo. Por un lado; la “teoría de fagocitos” del zoólogo ucraniano Ilya Ilich Mechnikov, que realizó observaciones e informó de la existencia de fenómenos de eliminación de agentes patógenos por medio de “células devoradoras”, sentando las bases para la comprensión de la fagocitosis y el papel de las células inmunitarias en la defensa contra los patógenos.
Por otro lado, la escuela alemana de Koch que insistía en la importancia de mecanismos humorales “teoría de la inmunidad humoral” que resultó del trabajo con las toxinas de la difteria y el tétanos. Emil von Behring y Kitasato Shibasaburo demostraron que el suero sanguíneo de animales inmunizados contra la difteria contenía sustancias que podían neutralizar la toxina producida por la bacteria de la difteria. Esto llevó al desarrollo de antitoxinas, que se utilizaron para tratar y prevenir la difteria.
La primera mitad del siglo XX; se destacó por la importante faceta de la inmunología que logra la obtención de las vacunas como la BCG contra la tuberculosis.
La inmunogenética nace con Bernstein y su descripción en 1921 del modelo de transmisión hereditaria con los 4 grupos sanguíneos principales; que se basan en análisis estadísticos y sus proporciones relativas.
El descubrimiento de las células T y B en las décadas de 1960 y 1970 avanzó aún más en nuestra comprensión de las bases celulares de la inmunidad. Estos actores clave del sistema inmunológico tienen funciones distintas: las células T orquestan la respuesta inmune y las células B producen anticuerpos.
La inmunología continúa evolucionando rápidamente, con nuevos descubrimientos y avances en el campo. El desarrollo de anticuerpos monoclonales, diseñados para atacar moléculas específicas de células cancerosas o patógenos, ha revolucionado el tratamiento de diversas enfermedades, incluido el cáncer y los trastornos autoinmunes.
Los avances recientes en inmunoterapia, como los inhibidores de puntos de control y la terapia con células CAR-T, han mostrado resultados prometedores en el tratamiento del cáncer al aprovechar el poder del sistema inmunológico para atacar y destruir las células cancerosas.